Poemas de engaño
El engaño y la traición están estrechamente ligados al amor y la pasión. Pensar una colección de poemas de engaño requiere de un pasado, de una historia, presumiblemente trágica, que explique el presente doloroso.
El engaño y la traición están estrechamente ligados al amor y la pasión. Pensar una colección de poemas de engaño requiere de un pasado, de una historia, presumiblemente trágica, que explique el presente doloroso.
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1 comentarios:
LA OTRA
I
Qué noche de velo azabache,
encubre siluetas entre la urbe,
cuando la otra sale a cazar.
A lo lejos un rumor difunde angustia,
en medio de la invernal hojarasca,
mientras el viento suspira el pasado.
Rara dama de aire metafísico,
que presagiando visiones y abismo,
va dejando señales de felonía.
II
La noche se apropia de las ciudades,
vahos malignos rodean templos y antros,
y alguien acecha en la esquina,
luciendo labios de rojo carmín.
Es la otra, tentadora insomne,
por cuyos ojos escruta un demonio,
porque busca lo que no retrocede,
prometiendo delicias del frenesí.
II
La otra siempre atrapa su presa,
en la hora que antecede al delirio,
mientras el temerario sueña la gloria,
sin saber que significa ofrenda
sobre altar impaciente y sacrílego,
cuando la Luna cierra sus ojos,
y densa niebla esfuma los pasos.
IV
Entonces la otra hechiza y castiga,
contra el penado de los fantasmas
y voluntario trofeo del carnicero.
¡Oh!, aquella figura del sombrío embeleso,
mensajera de la noche sin fin;
¿cuántas veces dejó caer amapolas,
sobre senderos de mis recuerdos?
V
Fueron suyos los ángeles fatuos,
que arañaron mis remembranzas,
y lloraron sin voz sus desengaños,
abrazados de la imprudencia.
¡Oh, la mujer del perpetuo desvelo!,
ella sola conoce los secretos sabores,
al embriagar tantas horas dolientes
sobre las rojas sedas de su refugio;
¡herencia del tiempo sin sueño!,
¡áureo residuo del trágico tálamo!
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